Tras la lectura y reflexión sobre el presente artículo, se ha podido extraer que realmente la pobreza menstrual sí está suponiendo una situación de exclusión y vulnerabilidad para las personas que menstrúan, tanto por el simple hecho de menstruar como por los síntomas que esta puede provocar, como pueden ser: molestias, diarrea, etc. Además, puede provocar situaciones de absentismo, que aumentan la probabilidad de encontrarse en riesgo de exclusión social y vulnerabilidad. Por otro lado, otros de los factores que afectan se relacionan con los altos precios de los productos de higiene menstrual, que en muchas ocasiones, afectan a la calidad de vida de las familias. De esta manera, se corrobora la relación entre la menstruación y el fracaso escolar, que supone situaciones de vulnerabilidad y exclusión. A la hora de reflexionar sobre la salud menstrual, se ha tratado esta temática con adolescentes de un centro de menores y ha supuesto para ellas y ellos, momentos de vergüenza, ocultar